lunes, 14 de marzo de 2011

Reflexión: Lectura Nicholas Carr

Comentario a cerca de la lectura de Nicholas Carr "¿Será que Google nos esta volviendo estúpidos?"

Como dice el autor de “¿Será que Google nos está volviendo estúpidos?”, Nicholas Carr, “no es que ya no pueda pensar pero algo está cambiando”. Creo que así no nos demos cuenta, todos sentimos lo mismo. La red se está convirtiendo en un medio universal y gracias a este obtenemos la mayor parte de la información visual y auditiva que poseemos, pero, ¿hasta qué punto esto es bueno?

Nos está haciendo caer en la pereza intelectual al llegar a la información con tan fácil acceso, y esto debilita las facultades mentales.
Es verdad que la red ha tenido muchas ventajas: ahora tenemos todo tipo de información en cuestión de minutos, como lo menciona Carr, “un par de búsquedas en Google, un par de clics sobre los enlaces y ya dispongo del hecho revelador o la cita exacta que necesitaba”. Muchos pensarán, ¿qué tiene de malo tener acceso a este mundo tan increíble, que nos brinda información ilimitada en un instante?”. Pienso yo que el punto es saber usar la red de la mejor forma.
La red, simplemente, está tomando posesión de todo. Según Nicholas Carr, "Internet, un sistema informático muy poderoso, esta subyugando la mayoría de todas nuestras otras tecnologías intelectuales. Se está convirtiendo en nuestro mapa y reloj, nuestra imprenta y máquina de escribir, nuestra calculadora y nuestro teléfono, nuestra radio y televisión"
Los medios se están encargando de suministrar los insumos del conocimiento, pero poco a poco la red está acabando con nuestra capacidad de concentración. El autor comenta que antes se sumergía en océanos de palabras y ahora solo sobrevuela sus aguas, y pienso que esto es exactamente lo qué nos está pasando. La red está cambiando nuestra forma de pensar y de vivir; nos provee un modo de ver las cosas que la da prioridad a la inmediatez, al facilismo, a la comodidad y a la conveniencia. Uno de los grandes efectos que ha tenido sobre nuestra mente es que nos está acabando la capacidad para interpretar un texto, haciéndonos caer en la desconcentración. En parte dejamos de ejercitar la memoria o en otras palabras, nos convertiremos en, como dice el autor, “seres llenos de presunción de sabiduría, en vez de seres poseedores de sabiduría autentica”.
Un ejemplo que demuestra los efectos de la red sobre nuestro cerebro lo podemos ver claramente cuando estamos leyendo algún texto y de un momento a otro aparece una ventana que nos avisa que alguien nos ha hablado por Windows Live Messenger, o simplemente ha iniciado sesión. Esto hace que se disperse nuestra atención hacia el texto y nos dispersa la concentración.
La red se ha convertido en un sistema de comunicación que desempeña muchos papeles en nuestra vida, obteniendo un rol muy importante (todo lo hacemos en torno a esta) y de esta forma a influido en nuestra forma de pensar. Nicholas Carr empieza su texto con este comentario: "Imagínese no tener acceso a internet nunca más. Un perverso virus ataca la red y desaparece. ¿Una tragedia?" Pienso que si, sería una tragedia.

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